Las marcas de vino se muestran en muchas ocasiones como el elemento diferenciador que da la ventaja competitiva frente a otros productores, ya que otorga un elemento clave al momento de decidir que producto comprar.
En un mercado amplio, como el sector vitivinícola, donde la oferta de productos se encuentra tan masificada encontramos en la Propiedad Industrial el ordenamiento jurídico que regula y dispensa a las denominaciones, logotipos, signos distintivos y los elementos gráficos de la etiqueta del vino, y además el nombre del negocio.
Elegir una denominación viable. Muchas bodegas aspiran a denominaciones para identificar sus productos que no se podrán registrar ni será posible utilizar.
En Gatti le ayudamos mediante nuestro sistema de búsqueda y la experiencia de nuestros profesionales a identificar aquellas posibles marcas que tienen alto grado de posibilidades de ser registradas.
Los registros de propiedad industrial son territoriales, consecuentemente, al elegir qué tipo de registro se escogerá se deberán valorar variables acordes a los tiempos actuales y a la planificación estratégica de comercialización. La globalización del comercio mediante nuevos canales de venta infieren nuevas oportunidades de negocios.
En Gatti elaboramos un plan de trabajo y lo asesoramos íntegramente en Propiedad Industrial para poder armar un plan que vaya creciendo acorde a sus necesidades.
Se debe tener en cuenta que hay ciertos términos que no se pueden registrar como son, indicaciones de procedencia geográfica, nombres o signos que puedan servir para designar la especie, la calidad, el destino, el valor, etc.
En Gatti contamos con un departamento con amplia experiencia para el registro de marcas de vino, por medio del cual evitará registros innecesarios y por consiguiente un ahorro en el costo final de registro.
La marca constituye el elemento significativo de la calidad de un producto. Por este motivo, es vital adquirir la propiedad en el más amplio sentido a través del registro de marcas.
En Gatti llevamos más de 30 años asesorando a empresas de la industria tanto en Argentina como en el resto del mundo.
Una vez registrada la marca es fundamental que estos derechos sean correctamente resguardados para repeler posibles agresiones externas.
En Gatti no solo registramos su marca, también brindamos el servicio de vigilancia en el cual se realiza la verificación del boletín oficial con el pedido de marcas, donde poseemos gran capacidad para discernir qué acciones tomar frente a otros competidores que puedan registrar marcas semejantes.
En el marco de brindar un mejor posicionamiento y recordación de marca, en el rubro han irrumpido de manera desenfadada y rupturista las pequeñas bodegas, que ante la dificultad de registrar una marca, actúan creativamente e incorporan novedosos nombres y variedades vegetales que se van insertando rápidamente en un mercado exclusivo y de alta gama.
Se estima que entre 2009 y 2014, se presentaron en clase 33, un total aproximado de casi 12.000 marcas (entre nuevas, renovaciones, denegatorias y nulidades entre otros).
En la actualidad, a partir del agotamiento de propuestas tradicionales, cada vez más las bodegas se dan permiso a la hora de lanzar su producto.
Los nombres insólitos representan una nueva ola que llega a la industria después de la moda de los nombres mapuches, huarpes o incas -como Chakana, Ruca Malen, Iscay o Yauquen-, que a su vez había reemplazado a la elección de todo tipo de santas, de Ana a Isabel, pasando por Filomena, Elena o Florentina.
Este cambio de paradigma tiene que ver también con la avidez de algunos consumidores, especialmente la franja de 25 a 34 años, que está permanentemente en búsqueda de productos nuevos.
Tanto estas empresas nuevas o las ya tradicionales que tanto esmero creativo e inversión están aplicando a sus nuevos vinos, deben tener en cuenta en el presupuesto de planificación y lanzamiento del producto, la inversión necesaria para registrar tanto las botellas como sus etiquetas y las nuevas variedades vegetales en el caso que surgieran.
El registro de la nueva marca y diseños que la acompañan deben estar protegidos de antemano para no lanzarse al mercado y luego tener que abandonar la marca o hacer cambios por semejanza con otras existentes.