Entre las consultas que recibimos habitualmente en GATTI, alguna de las más usuales son:
En este post nos enfocaremos en:
El derecho de autor no protege las ideas que están detrás o subyacen a las obras protegidas, sino sólo a la expresión incorporada a la misma.
Al momento de la creación de una obra, el autor compositor es el dueño de la propiedad intelectual porque según el derecho internacional, se considera un derecho automático. Sin embargo, necesitamos dejar un precedente legal de la creación.
El Convenio de Berna, que fue adoptado en 1886, trata de la protección de las obras y los derechos de los autores. Ofrece a los creadores como los autores, músicos, poetas, pintores, etc., los medios para controlar quién usa sus obras, cómo y en qué condiciones.
Este convenio establece que la protección no se aplicará a las noticias del día ni de los sucesos que tengan el carácter de simples informaciones de prensa. Tanto el acuerdo sobre los ADPIC (Acuerdo sobre los derechos de Propiedad Intelectual – en inglés TRIPS), establecen que mientras las expresiones son sujetas al derecho de autor, las ideas, procedimientos, métodos de operación conceptos matemáticos, no lo son.
Una amplia gama de obras creativas, científicas, intelectuales y artísticas están cubiertos por la ley de derecho de autor. Incluye fotografías, dibujos, esculturas, programas de radio y televisión, pinturas y otras formas de trabajo creativo, artístico e intelectual.
Las composiciones musicales, grabaciones sonoras, películas, obras de teatro, tesis y otros trabajos literarios también están cubiertos por esta ley. Cualquier persona puede ser culpable de infracción de este derecho si se comprueba que ha utilizado algunas piezas de la propiedad intelectual sin el permiso por escrito del propietario original y se enfrentará a cargos de violaciones de derechos de autor en los tribunales.
Un videojuego es una obra sumamente compleja compuesta no solo por su software, sino también por imágenes, dibujos de personajes, escenarios, vídeos, música y sonidos. Todos estos elementos encuentran su amparo en la legislación de propiedad intelectual, si bien es totalmente aconsejable establecer un sistema efectivo que permita registrar la cesión total de los derechos de explotación del videojuego por medio de contratos.
Si estos están correctamente elaborados, facilitarán después el proceso de registro garantizando que no surjan problemas a la hora de comercializar el videojuego.
La originalidad no impide, entonces, que la obra específica pueda inspirarse en una obra preexistente de ideas contenidas en una obra ajena en hechos aislados, debido a que lo relevante es el aporte creativo particular que efectúa el autor sobre su obra.
Es precisamente este esfuerzo intelectual aporte propio y original el que le imprime el autor lo que recibe protección de la ley.
En GATTI protegemos sus creaciones de Propiedad Intelectual en todos los países del mundo.